jueves, 9 de septiembre de 2010

AMIGOS SON LOS AMIGOS


Se necesitan uno al otro. Sergio asistiendo Sebastián marcando o viceversa como se dio en la noche del Beranger y ante Chicago. Luego de los dichos acerca de que habría habido una discusión o un aparente pase de facturas, quedó claro con ese abrazo inmenso que todas las asperezas están limadas.

Porque no hay nadie en el plantel de Temperley que entienda tanto el juego, las diagonales y los movimientos de Cobelli como Sergio López, un dotado, que a veces le viene bien el “freezer” por parte de los técnicos para despertar y ser el conductor de este equipo.

Un equipo que nunca renunció pese al baldazo del primer minuto y mas allá de que equivocó los camino por momentos, mereció algo mas que un empate ante un “Torito” que golpeado por la realidad, se aferró fuerte a ese yerro de la defensa.

La gente aun no se había acomodado, muchos que venían del trabajo recién estaban sacando la entrada, y un descuido de Andreoli y el fondo en general, dejaron solo al goleador Rubén Darío Ferrer, que lo fusiló a Medina y en un minuto, puso las cosas 1-0.

El “Celeste” apostó fuerte con el ingreso de López por Martínez y Boaglio en lugar de Benítez, demostrando que la intención era juntar a los virtuosos, los veloces y entrar por el piso. El sacudón del minuto uno no cambió los papeles y los de Dabrowski mas que nada por izquierda, con Souto, López y Wito produjeron riesgo.

El defensor lateral arranca muy bien las jugadas, pero cuando tiene que dar la puntada final se pierde en la intrascendencia, por eso los primeros enojos del entrenador eran con él, aunque también, el “Polaco” tuvo una noche aparte con Lucas Hure, al que le recriminó absolutamente todo.

A los 4 minutos, Cobelli se pasó y mano a mano la tiró afuera. A los 10, ya el local hacía méritos suficiente para igualarlo y se lo llevaba por delante al rival. Cobelli fulminó al arquero y Pepe la sacó de cabeza. En el rebote, Sergio López la levantó y el palo derecho le dijo no. La bocha quedó suspendida en el aire y Souto levantó el remate de cabeza tirándola afuera.

Era una notoria superioridad que no se planteaba en el marcador por eso y de a poco, los nervios jugaron y la presión bajó. Se iba la primera mitad con la sensación de que faltaba poco para empatar, pero seguía faltando algo.

Sin modificar los nombres, tampoco variaba el trámite debido a que Chicago solo se dignó a defender y el “Gasolero” chocó mucho en el complemento. No obstante, y en ráfagas, siguió proponiendo de una buena manera y llegó el merecido premio para los de Dabrowski.

La armó Souto por derecha, se la cedió a Cobelli que ensayó un gran centro conectado de manera formidable por la cabeza de Sergio López que de pirque al suelo ponía el marcador un poco mas acorde con el juego. El “Negro” que había sido retado por aquel encuentro ante Acassuso, volvía de la mejor manera al equipo titular y se lo agradecía a un Cobelli que cuando se lo propone, juega y hace jugar con sus retrasos y búsqueda de la pelota.

Fue todo “Gasolero” que vio como Azcurra reemplazaba a Souto. Giménez solo en el punto del penal, cabeceó con el “Techo” y la mandó muy arriba.

Cuando Dabrowski llamó a Benítez tras una mala maniobra de Boaglio, el cambio parecía cantado, pero el técnico suele sorprender. Afuera Witoziscky, línea de tres con Chietino, Andreoli y Gimenéz; Gómez a la mitad y a ganarlo de cualquier manera.

Pero pocos fueron los avances puros y concretos del local. La última fue para Cobelli al que la pelota le quedo muy arriba dentro del área y por eso su remate se fue desviado.

Punto y aparte. Temperley tiene una identidad, sabe a lo que juega y en esta categoría tan mediocre, seguramente estará en la disputa. Trató, intentó, superó a su rival, pero le falta esa cuota de jerarquía para ser más eficaz que eficiente.

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